Fueron ocho partidos los jugados por el delantero que llegó desde el fútbol profesional
Carlos María Morales, tras un extenso pasaje en el exterior con mucho destaque fundamentalmente en Chile y México, llegó en el año 2009 a Central con 39 años para ser parte del centenario del club. Jugó ocho partidos, todos correspondientes a la Copa Nacional de Clubes, hasta que el equipo fue eliminado por Peñarol de Dolores en la segunda fase.
Nota realizada en 2 de Punta por Radio 41
¿Cómo llegaste a Central?
“Lo mío fue un caso especial, soy de Montevideo y poco había ido a jugar al interior, me retiré en diciembre de 2008 y había vuelto a tocar una pelota. En marzo me llamó el Murmullo Perdomo para contarme que había hablado con gente de Central que le había dicho que querían contar conmigo en la copa. Yo no estaba convencido, hablamos varias veces con él, hasta que vinieron dirigentes a reunirnos. Al final nos pusimos de acuerdo en que iría un par de veces a entrenar y si me sentía bien seguía, cuando llegué me encontré con conocidos como Leonardo Jara y Martín Rodríguez, así que decidí que jugaba el torneo interdepartamental pero que el campeonato local ya no”.
¿Cómo te fue en lo deportivo?
“Jugamos la primera fase y clasificamos, pero yo me fui dando cuenta que no estaba bien físicamente, uno cuando lo ve de afuera cree que el fútbol del interior no es tan exigente y está equivocado. Al momento de clasificar yo había decidido que no seguía, no quería quedar mal con la gente, pero la ilusión de seguir creciendo me motivó pero lamentablemente fuimos eliminados. Creo que teníamos un gran equipo que podría haber llegado más lejos, mezcla de experiencia y juventud, grandes jugadores pero hasta ahí llegamos, de repente nos faltó mentalidad ganadora. Lo más destacado fue en los clásicos con Río Negro, recuerdo que nos juntábamos a comer en el mediodía y cuando estaban terminando ya la cancha comenzaba a llenarse. Me tocó hacer un gol, tuvimos la suerte de ganar el primero y el segundo lo empatamos”.
¿Y en lo grupal?
“Fue una gran experiencia, terminé donde empecé, en el fútbol que se juega por pasión. Disfruté del entorno incluso más que adentro de la cancha, me encantó el vestuario, las charlas con los conocidos y los nuevos compañeros. Tengo el recuerdo de muy buenos jugadores, muchos que terminaron siendo campeones del interior, como Maximiliano Britos, Marcelo Moreira, Sebastián Gandini o Claudio Peraza. La convivencia con el grupo fue muy buena, me trataron bárbaro, uno en el fútbol juega por muchas cosas pero lo más importarse es ser buena persona y yo traté de serlo. Al principio traté de hablar poco, cuando quería decir algo se lo manifestaba a Luis Mario Hórnes que era el capitán, de a poco me fui soltando. Cuando decidí que no jugaba más fui a San José a hablar con los compañeros, les expliqué que precisaban jugadores metidos y yo ya no estaba en esa condición, y lo entendieron”.
¿Qué vínculo tenés hoy en día con el club?
“He seguido siempre lo que pasa con Central, con mucha alegría, sobre todo los títulos del interior conseguidos. De aquel grupo hay jugadores que aún están, en aquel entonces se buscaba lo que se terminó consiguiendo años después. Tengo muy presente lo que pasó con el 5 a 4 con Ferro Carril de Salto, son situaciones tras las que parece que nunca más vas a ganar, y sin embargo al otro año volvieron y lo lograron. Tuve la fortuna de jugar en el extranjero, en buenos equipos del país, y siempre que lo hice disfruté de hacerlo. De repente es raro comparar entre equipos profesionales y lo que pasó en el decano, pero lo que rescató es justamente que disfruté, estaré siempre agradecido por dejarme ser parte de los cien años del club que es un año que se recuerda de por vida. Soy un hincha más del club, me trataron notable, a distancia estoy pendiente siempre”.
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