Fue campeón de Liga Mayor con San Rafael en el 2008 y San Lorenzo en el 2009
El «Gato» Cesar Molina llegó en dos momentos diferentes de su vida al fútbol de San José, la primera de ellas en 1995 para jugar en menores y luego en 2003 para el equipo mayor de Juventud Unida, ya no volvió al fútbol profesional y pasó por Independiente, San Rafael, San Lorenzo y la selección de San José. De esta manera repasó su tiempo en el fútbol de la Liga Mayor.
¿Como se dieron tus dos llegadas a la Liga Mayor?
«La primera fue de chico, yo estaba en El Tanque Sisley y el presidente de Juventud Unida me fue a ver porque era muy amigo de mi abuelo, me invitó a ir y le dije que sí. Llegué como suplente en cuarta división, terminé jugando por la lesión de un compañero y hasta llegué a debutar en primera en un clásico de Libertad con Campana. Fue la primera vez que jugaba en mayores, ya me habían dicho que ese partido era especial, fue en el Camaití con 2000 personas en las tribunas. Yo venía de jugar partidos donde no iba nadie, solo la familia, el entorno cambió totalmente y fue una satisfacción bárbara. Me quedaron amigos espectaculares, me quedé muchas veces en Libertad, era muy dificil retornar a mi casa así que me quedaba en un hotel chiquito que tenía un dirigente del club. Cuando terminó el año volví a Montevideo, en el 2003 tenía contrato con Rentistas pero el club decidió que no siguiera así que me fui a la mutual, en ese periodo me va a ver el Pelado Hiriart quien me preguntó si quería jugar en el interior. Me dijo que estaba dirigiendo un cuadro de Libertad, le pregunté si era Juventud Unida y me dijo que sí, no lo dudé y retorné».
¿Que recordas del pasaje por Juventud, Independiente y San Rafael?
«Le di al verde lo mejor que tuve, desde ese 2003 al 2006, me tocó ganar un torneo corto. Siento que después de todos esos años el club es mi casa, conocí un montón de jugadores en mis dos etapas, incluso varios que en aquella época eran niños que iban a los partidos y hoy son jugadores de primera división. Yo soy hincha de Juventud Unida porque en ese club había jugado mi padre, es un club que tiene pasta para jugar en Liga Mayor, desde el punto de vista de su infraestructura y su organización. De cara al 2007 por un tema económico salgo de la institución, algún amigo me comentó que quizás podía hacerme bien un cambio, me ofrecen ir a Independiente que estaba armando un lindo equipo y paso al equipo de Puntas de Valdez. No tuve un solo problema desde lo económico ni personal con nadie, me trataron muy bien, y a fines de la temporada se interesa San Rafael. Tenía amistad con Rodrigo Méndez y Gonzalo Carboneli con quienes decidimos ir a Rafael Peraza, me pareció una opción muy buena para jugar, volviendo a cambiar de aire. Tengo que hacer un reconocimiento especial a Javier Páez, que me dio una enorme mano desde todo punto de vista, ese año nació mi hija con una enfermedad que se llama dermatitis atópica severa y el me ayudó mucho junto a su señora. Había mucha gente importante en ese plantel, grandes jugadores y el respaldo del cuerpo técnico, fue un año redondo que culminamos ganando en la tercera final con Río Negro. En la banda habían varios jugadores del club, oriundos, que aportaban lo suyo y se acoplaron notable para dar su mano. Los tres clubes me dejaron muchas cosas y tengo el mejor de los recuerdos».
Llegás a San Lorenzo y no te vas más…
«De cara al 2009 teníamos con San Rafael la Copa por delante, pero no querían contar conmigo por la exigencia de los entrenamientos, yo no podía cumplir con ir a todas las prácticas y justo en esa época vuelve Mauricio Calero. En esa situación me va a buscar Cacho Basilio, económicamente me interesaba la propuesta, y me pareció una apuesta buena. Fue un año excelente, en la primera reunión de equipo llegué y dije que iba a salir campeón, era un plantel de chicos que quizás no apuntaba tan arriba pero yo estaba convencido. Se armó un gran equipo que logró el título jugando muy bien al fútbol, nadie quería jugar con nosotros, era muy difícil jugar contra ese plantel. En lo personal yo estaba en una situación difícil, el plantel lo supo entender siempre, sobre todo con algunas dificultades para practicar. El club me bancó, sufrió el problema de mi hija, fue el que vivió mis complicaciones para viajar a entrenar. Al final de ese año hablé con los dirigentes porque me quería quedar pese a que tenía ofrecimientos de otros equipos, y lo hice para jugar al Copa 2010 en la que quedamos eliminados sin perder un partido, es la forma de quedar afuera más triste. Estuve muchos años en el club, alguna temporada como la que perdió la categoría no, pero volví para ser parte del plantel el año que le tocó jugar en la B. En esa campaña fue fundamental Calero, que es mi dos en esto del fútbol, me llamó Martín Rodríguez que era el entrenador para decirme que quería que estuviera pero me avisó que iba a jugar Santiago y me pareció genial. Incluso esa temporada si yo no jugaba quedaba libre, podía ir a donde yo quisiera pero mi pase había sido bastante valioso para mi institución, y jugué un partido para que no se cumplieran los dos años reglamentarios porque me quería quedar en un club que me dio todo lo que yo necesitaba. San Lorenzo es una familia enorme que ahora está progresando mucho, es muy gratificante que haya podido meterse en la Copa A porque estoy convencido de que debemos estar mucho más arriba del lugar donde estamos, ahora necesita salir campeón y que las cabezas se convenzan que se puede. Hay que apuntar a campeonar, organizativamente y en infraestructura no hay un club así en San José, y es superior a varios de Montevideo. Hoy tengo grandes amistades en esa institución, que es lo primordial que te deja el fútbol, estamos hasta hoy en contacto con la mayoría de los muchachos hasta hoy en día».
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