Nacional y Tito Borjas disfrutaron del juego que exhibió el artiguense en San José
En el año 2001 llegó Ruben Paz tras un extenso y exitoso pasaje por el fútbol nacional e internacional, para jugar en la «B» de la Liga Mayor con Nacional. Tras obtener el título regresó al fútbol maragato en Tito Borjas, donde obtuvo los torneos de la «A» correspondientes al 2003 y 2004, en el segundo año de éxitos arribó a la final del interior donde cayó con Wanderers de Artigas.
¿Que recordas de tu llegada al fútbol maragato?
«Haroldo Marín fue clave en mi llegada a San José, yo charlaba mucho con él, como dirigente hizo una revolución en el fútbol de San José y como persona me generaba mucho respeto y admiración. Le encantaba este deporte, los sueños que tenía y las ganas de hacer las cosas bien me gustaban mucho. A partir del fútbol tuve la oportunidad de convivir con él con los torneos locales y a nivel de todo el país, solo el podía pensar en que Tito Borjas pudiera ser finalista del interior, lo fue preparando y estuvimos a punto de concretar el título. Mi llegada fue a Nacional, llevaba pocos partidos ahí y ya había salido mi imagen en diarios de Montevideo vestido de tricolor por mi historia en Peñarol, recuerdo haber hecho una jornada de presentación y fotos en el Casto Martínez Laguarda para después meternos en el torneo. Desde el comienzo tuve sensaciones parecidas a las que tenía en mis comienzos en Artigas, una experiencia que me agarró ya grande y la aproveché para disfrutar de cosas bien características del fútbol en el interior. Encontré un fútbol duro, de buen nivel, respeté siempre al compañero que estaba a mi lado porque compartíamos el sueño de entrar a un campo y jugar lo mejor posible».
¿Cómo fue el pasaje por Nacional?
«El campeonato con Nacional en segunda división lo ganamos de punta a punta, me dio la impresión de ser un torneo serio, lo festejamos mucho. Fuimos locales prácticamente siempre, teníamos la obligación de ganar, la mochila estaba cargada de presión. Era un plantel con jugadores veteranos con mucha experiencia, y algunos chicos del club, creo que mi forma de ser colaboró para poder adaptarme al medio y compartir con algunos que hacían sus primera armas y otros que seguían manteniendo el sueño de jugar al fútbol después de tantas batallas. Marín fue fundamental para cumplir el objetivo de ganar partidos y subir al círculo de privilegio de San José. Me sirvió mucho para la adaptación estar entrenando durante la semana en el club de mi barrio en Artigas, el Pirata Juniors, nunca dejé de practicar. Logramos el ascenso en el 2001, y ahí Marín se desvincula y yo no juego en la A».
¿Y por Tito Borjas?
«En 2003 Marín se vincula a Tito Borjas y yo llego al club. Primera división ya era más complicado en la comparación con la B, equipos fuertes y localías duras, todo el mundo nos iba a ver ganar por más de un gol pero a veces aparecían dificultades porque los rivales redoblaban esfuerzos y querían vencer sí o sí a ese equipo. A veces se nombraba más a Haroldo que al equipo, pero mi idea era siempre dejar a un lado lo negativo y rescatar lo positivo, más allá por ejemplo del griterío que se armaba por parte de las hinchadas rivales contra nosotros. Por lo general me preparaba en Artigas para ir a jugar los fines de semana en San José y algo bueno es que los compañeros aceptaban esa situación que de alguna manera no era normal, mucha gente iba a vernos fracasar porque estábamos grandes, pero nos ayudábamos entre todos y estábamos preparados para ganar. El entorno era bueno, la comida previa, la charla del entrenador. Era un plantel armado con lo mejor que había en el momento, no era solo ganar, había que dar espectaculo y marcar la diferencia».
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