sábado, noviembre 2San José, Uruguay
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La knuckleball que traicionó a Muslera

Un análisis físico en defensa de Muslera, o no tanto.
El segundo gol de Francia frente a Uruguay fue una pelota de media distancia lanzada por Antoine Griezmann que venció las manos de Fernando Muslera. Los comentarios fueron casi unánimes e inmediatos: «un gran error de Muslera». Sin embargo, desde la cámara ubicada justo detrás de Griezmann, se puede apreciar que Muslera llega a estar bien ubicado, prediciendo correctamente la trayectoria inicial de la pelota y la dirección que hubiera seguido en condiciones normales. Pero también se puede observar cómo la pelota se desvía levemente hacia la izquierda poco antes de golpear sus manos. Ese desvío repentino es lo que se conoce como efecto «knuckleball», que se debe a inestabilidades en el flujo de aire que rodea a la pelota cuando viaja a cierta velocidad crítica y casi sin rotar. Son las condiciones en las que se dio ese disparo de Griezmann.

Esta observación coincide con lo declarado por el golero uruguayo al final del partido: «La pelota me viboreó, seguro. En el momento yo me corro hacia la izquierda. Yo en ningún momento la quise agarrar, capaz que si la quiero agarrar ahí el gesto técnico más caliente me deja». «Pero al querer rechazarla me pega en la mano izquierda y no me da para poder sacarla.»

El efecto knuckleball es una de las características aerodinámicas que hacía impredecible a la Jabulani, la famosa y poco querida pelota del Mundial de Sudáfrica 2010, que muy frecuentemente tendía a zigzaguear, desorientando a los goleros. Pera el Mundial del 2014 en Brasil, la pelota fue mejorada considerablemente para tener características más similares a las pelotas tradicionales, con menor efecto knuckleball. Las pelotas Telstar 18 y Telstar Mechta del Mundial de Rusia 2018, son muy diferentes a la Brazuca en su construcción, pero muy similares a la Brazuca en cuanto a su comportamiento en el juego, en particular en lo que respecta a su aerodinámica, presentando una tendencia muy reducida al knuckleball (ver aquí y aquí). Sin embargo, en el gol de Griezmann frente a Muslera, parece que hubo algo de ese efecto odiado por los goleros.

Knuckleball significa literalmente «pelota – nudillos» debido a una técnica utilizada por los lanzadores de Béisbol para conseguir ese efecto zigzagueante, el cual logran sosteniendo la pelota con los nudillos para evitar que la misma gire durante el vuelo, una de las condiciones que favorecen ese movimiento errático.

ANÁLISIS: A partir del video resumen del partido (que está más abajo), extraje algunas imágenes que redimensioné y sincronicé utilizando como referencias algunos elementos estáticos como el arco, para así poder apreciar la trayectoria de la pelota y los desplazamientos del golero sin la molestia del movimiento de la cámara. Con esas imágenes armé una animación, que está a continuación. Allí se puede seguir la secuencia de eventos y cómo cerca del arco la pelota cambia la trayectoria inicial dada por la secuencia 1-2-3 para desviarse hacia el punto 4. Se puede apreciar también que en el tiempo 4 la cabeza de Muslera coincide con la trayectoria original 1-2-3. Pero ahí ya es muy tarde porque la pelota se ha desviado súbitamente y por eso las manos de Muslera ya no están centradas con su cuerpo sino que se encuentran desplazadas para intentar acompañar el movimiento de último momento de la pelota.

En conclusión, Muslera predice correctamente la trayectoria de la pelota y al parecer un pequeño efecto aerodinámico desplaza a la pelota (unos 20 cm) instantes antes de llegar a sus manos. Aquí quedan entonces algunos elementos de análisis, pero si el movimiento técnico fue el correcto o en cambio un «error enorme» del golero, que lo digan los que saben de fútbol.

Por Martín Monteiro (post original).

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