LA VIDA NOS DA SORPRESAS
La vida nos tiene deparadas sorpresas a la vuelta de la esquina. Es cuestión de seguir andando, y entre tantos pasos, al doblar junto al farol, nos encontramos con algo que no imaginábamos.
No digan que no les ha pasado, ¿verdad que si? Aunque sea una vez en la vida, muchos faroles han sido testigos de eso.
En mi caso me acaba de suceder, aunque no tengo muy claro todavía si es para mejor o todo lo contrario.
Uno había dejado hace rato la pluma en lo que al periodismo se refiere. Rato largo. Cuestiones de prioridades.
Desde aquella década del ochenta donde comencé a intentar escribir hasta hoy han pasado varias cataratas por el río Paraná.
Comienzos donde Carlitos Díaz me invita a ser parte de un proyecto de prensa. El tipo me invita a escribir sobre fútbol. Que dale. Que animate. Qué se yo. Y de atrevido, nada más que por eso, dije sí. Les aseguro que fue una de las decisiones más fantásticas que tomé, y no por el escribir ni por hablar en una radio como sucedió después, sino por la gente valiosa que se cruzó en mi camino, y porque desde ese instante se despertó en mí una vocación por la comunicación que hizo que cambiara abruptamente mis objetivos en cuanto a los estudios.
Pero la gente fue fundamental. Fueron años increíbles, donde fuimos parte de alguna que otra quijotada que, mirando hacia allá, digamos que nos salieron bastante bien. Donde compartimos y aprendimos con muchos, pero que la figura del Lalo Viña se lleva todo mi agradecimiento y mi cariño, porque este caballero fue uno de los principales motivos por los cuales me dediqué a la comunicación.
Ahora me dicen que nos reencontramos por acá, y quizás, eso es un gran motivo de alegría, aún mayor que el escribir.
Así que acá estamos, a partir de una llamada de un hermano que la vida puso en mi camino, a partir de un proyecto precioso con Matías y algunos más a la cabeza. Sin arreglar todavía el sueldo, y convencido de que van a pasar los años y seguiré sin poder arreglarlo.
Pregunté sobre qué tenía que escribir. Y la respuesta fue exactamente la que no quería escuchar, que escribiera sobre cualquier cosa. Imaginate, cualquier cosa, es igual a escribir sobre fútbol, básquetbol, carnaval, NBA, la nueva montaña rusa que se viene para el parque Rodó de Montevideo, a veces sobre mis montones de cuadros que tengo desparramados sobre la faz de la tierra, Les Luthiers y las Majas del Bergantín, la evolución del dólar y su incidencia en el cambio de camisetas al final de cada partido, el poder ser abanderada uruguaya en los Juegos Panamericanos de Toronto y llegar tarde a la inauguración, así que, como ven, menos del fútbol de nuestro pueblo, que para eso hay varios en la vuelta y más cerquita y que saben bastante más, tiraré línea de lo que salga. Aunque no se asombren si un día leen algo sobre el fútbol de nuestro pueblo, para despuntar el vicio, digo.
Me fui, ya son demasiadas líneas de introducción. Creo que me pidieron algo así como un currículum de presentación, pero sinceramente busqué en una caja donde tengo guardados documentos y fotos de hace 30 años y no encontré ninguno. Si les sirve esto, seguimos para adelante. Si no es así, no hay problema, nos sentamos a arreglar el despido en base al sueldo que estoy seguro que nunca voy a poder arreglar.
Aunque si aviso públicamente que siempre en el auto, por si sale algo, ando con la tablita, la cuchilla y el tenedor, porque a falta de sueldo, bienvenido sea un buen asado. Salú.
Fernando Licio
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