sábado, noviembre 23San José, Uruguay
Shadow

Una vez que andas en bicicleta, no la dejas nunca

La sensación de libertad, el contacto con la naturaleza y la alta competitividad que existe en este deporte a nivel amateur convierten el ciclismo en un deporte adictivo, ya sea Mountain Bike, Pista o Ruta.

«He practicado alpinismo, he esquiado toda mi vida, he hecho triatlón y también he hecho atletismo… pero el único deporte que, de alguna manera, me ha creado una cierta dependencia es el ciclismo», cuenta Mauro Carné, coordinador de Actividades Físicas del Metropolitan Galileo de Barcelona y ciclista de competición. Dice el experto que, aunque resulta difícil explicar a qué se debe el enganche que vive todo aquel que practica ciclismo con regularidad, es cierto que se debe a cuestiones tanto fisiológicas como psicológicas.

El hecho de someter al cuerpo a unos altos niveles de esfuerzo hace que éste segregue endorfinas y serotonina, que producen una sensación de bienestar y placer que, lógicamente, se quiere volver a vivir una y otra vez. «Pero esto también sucede con otros deportes en los que puedes igualmente ponerte al límite y no dan lugar a esa sensación de enganche o necesidad», comenta. Por eso cree que la auténtica razón por la que el ciclismo atrapa es por la sensación de libertad que se vive cuando se practica. «Tanto en la montaña como en la carretera sientes una sensación de libertad y de contacto con la naturaleza que cuesta describir con palabras. Respiras aire puro, practicas deporte en un espacio abierto y además puedes tener la suerte de disfrutar de paisajes espectaculares. Es una mezcla de sensaciones que no te ofrecen todos los deportes», revela.

Otro de los motivos que resultan atractivos de este deporte es que existe mucha competitividad a nivel «amateur». De alguna manera, compites contigo y con los demás pues esa necesidad de superación personal diaria hace que, según describe Mauro Carné, quiera llegar cada día un poco más lejos y rodar un poco más rápido. Y cuando ya crees que has llegado a un cierto nivel es cuando entran las ganas de compararte con los demás. «¿Soy lo suficientemente fuerte como para acabar una carrera? ¿Qué tendría que mejorar?», se preguntan los aficionados al ciclismo que practican este deporte con una cierta regularidad. Es entonces, tal como revela el experto, cuando empiezan a apuntarse a alguna carrera o a alguna competición. «Lo mejor es que eso hace que entres en una rueda de autoexigencia que va a más. Quieres superarte a ti mismo y, al mismo tiempo, superar a los demás», asegura.

Además, el deportista revela que los resultados y la progresión son rápidamente visibles, si hay constancia en la práctica del deporte. Eso sí, según avisa, es un deporte de resistencia, de larga distancia y de superación, que requiere esfuerzo y mucha dedicación. «Hacer una hora de bici al día no aporta gran cosa si uno quiere competir. A nivel amateur cualquier ciclista que quiera finalizar el reto de recorrer entre 150 y 180 kilómetros (cuya duración puede situarse entre cinco y ocho horas) en una prueba estándar, sabe que necesita entrenar entre 10 y 15 horas a la semana, como mínimo; o unas dos horas y media al día», explica.

A diferencia de lo que sucede con la natación o el atletismo a nivel amateur, que requiere un entrenamiento de entre cinco y siete horas a la semana (con una hora al día sería suficiente), el ciclismo exige el doble de dedicación de tiempo para completar con éxito una prueba estándar.

Por Raquel Alcolea Díaz. Fuente: abc.es

COMENTARIOS