Aún sin ser tan popular a nivel mundial, el fútbol americano tiene un día al año que realiza uno de los eventos qué más dinero mueve a nivel planetario: el Super Bowl.
La definición de la temporada en la liga de Estados Unidos capta la atención de propios y ajenos: quizá muchos no entiendan en detalle las reglas del juego, pero no cabe duda que el espectáculo montado en torno a este partido hace que millones de pantallas estén reproduciendo en vivo lo que se vive en el estadio.
Con cada vez más adeptos al deporte (y al espectáculo que se desarrolla en el entretiempo), el Super Bowl se ha vuelto una industria independiente, multimillonaria, que deja ganancias exorbitantes.
Para tener una idea, este año, 30 segundos de publicidad costaron 5.300.000 dólares (5.3 millones). Ya para quienes pudieron ser parte del colorido de las tribunas, la entrada más barata podía ser adquirida por 2.500 dólares. Las más baratas, porque también había hasta 16.000 dólares, o la opción de adquirir el palco por 200.000 dólares.
¿El resultado? Entradas agotadas y estadio repleto de gente para el encuentro entre los Patriots y Rams. Deportivamente hablando, Patriots resultaron campeones una vez más, aunque se hable más de Maroon 5 y todo lo que pasó entre un tiempo y otro.
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