Proceso y renovación, el modo de trabajo de Óscar Tabárez.
La selección dejó de nutrirse de jugadores que pasan por una «buena racha» y desde hace un tiempo se apuesta a otra modalidad: un proyecto.
Con una identidad propia y con sus ideales muy claros. Paulatinamente, puesto por puesto y sin prisa. Así y de esa manera el actual entrenador de la selección uruguaya, Óscar Washington Tabárez, fue logrando el cambio generacional en su lista de convocados, que volvió a citar a dos futbolistas sin experiencia en la mayor y que serán parte del grupo por primera vez para una doble fecha por eliminatorias.
El técnico celeste, quien dio a conocer este jueves la lista definitiva para los encuentros ante Venezuela, el jueves 5 de octubre en San Cristóbal, y frente a Bolivia, el martes 10 de octubre en Montevideo, volvió a sorprender con la inclusión de dos jóvenes que hasta ahora nunca habían conformado el plantel principal.
Rodrigo Bentancur y Maxi Gómez recibieron la mejor noticia el jueves y se sumaron a Gastón Pereiro, Federico Valverde y Mauricio Lemos, quienes fueron citados por segunda vez, para participar de la mayor en dos partidos cruciales de cara al Mundial de Rusia 2018.
Lo cierto es que Tabárez, “sin locuras”, como dijo en su última conferencia de prensa, está renovando el plantel con la inclusión de juveniles pero a su debido tiempo y forma. Y Valverde lo demostró con su gran rendimiento en su debut ante Paraguay. No era antes ni después, era justo en ese momento, tal como lo plasmó el Maestro.
En la actualidad hay jóvenes celestes que son parte del mismo proceso, que están demostrando sus grandes condiciones y muchos de ellos (a su corta edad) ya juegan en Europa al máximo nivel como Bentancur, Valverde, Pereiro, Lemos o Maxi Gómez. Son productos genuinos de su proyecto, modalidad y filosofía, y en base a ello, cumplirán el sueño de formar el principal grupo de la selección celeste
Para determinar su inclusión, Tabárez considera varios factores que el mismo proyecto prioriza. Mas allá de las condiciones técnicas y el nivel de competencia, existe un profundo análisis en la conducta del jugador, adaptación al grupo, necesidades del técnico y el aprovechamiento de las oportunidades.
La selección absoluta de Uruguay dejó de nutrirse de jugadores que pasan por una «buena racha» y desde hace un tiempo se apuesta a otra modalidad. El proyecto de la selección uruguaya, que enlaza desde la sub 15 hasta la mayor, está encabezada por la misma persona que busca transmitir una ideología para todas las categorías.
Las juveniles celestes demostraron en el último tiempo augurar con optimismo el futuro y poder contar con futbolistas que le permiten a Tabárez un cambio generacional dentro del mismo proyecto. Un modo de trabajo que se relaciona entre los que lo integran, que es íntegro y permite una renovación constante con el plantel principal.
Las clasificaciones a los últimos seis mundiales sub 20 de forma consecutiva, los títulos obtenidos y el estar constantemente en las instancias finales de casi todos los torneos juveniles, es un claro reflejo de que las cosas se están haciendo bien.
Proceso, modalidad y renovación.
El Maestro Tabárez lleva adelante un proceso de selección que comenzó en el año 2006, tomando como punto de referencia las selecciones juveniles. Pero ello no se logró de un día para el otro.
Cuando tomó el cargo, la celeste venía castigada de un proceso que se había cerrado mal (con Jorge Fossatti como entrenador) tras la eliminación para el Mundial de Alemania 2006. Los jugadores estaban enfrentados con los dirigentes y Tabárez se encontró con un panorama donde debía rearmar el grupo, y a partir de ahí, comenzar a exponer su nueva forma de trabajo.
Con los años, consiguió darle forma al proyecto y a partir de la confianza hacia los futbolistas, fue reconstruyendo una nueva identidad. Los jugadores volvieron a creer en la selección y se volvieron a ilusionar con cada convocatoria. La relación del hincha con la selección volvió a nacer y en base a los buenos resultados el proceso emprendió sus frutos.
Desde que Tabárez impuso su nueva ideología, han pasado eliminatorias, Copas Américas, Mundiales y otros torneos, y en todo ese lapso la lista de convocados prácticamente no sufrió variantes pero con un objetivo bien marcado: fortalecer el grupo con buenos referentes, con una idea clara a largo plazo.
El Maestro logró una columna vertebral, con quienes en aquel momento eran muy jóvenes, y la mayoría de ellos han perdurado a lo largo de todo el proceso. Los capacitó, los preparó y les enseñó a valorar la selección mayor.
Estos dos partidos, ante Venezuela y Bolivia, serán determinantes para marcar un hito más en este proceso de selecciones. Uruguay esta muy cerca de clasificar a su tercer mundial en forma consecutiva, un hecho que no acontece desde hace más de 40 años, cuando la selección clasificó a Chile 1962, Inglaterra 1966 y México 1970.
Proceso, modalidad y renovación, pero a su debido tiempo y forma.
Por Brahian Kuchman, publicado en Ecos.
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