El rugby uruguayo vivió una gran fiesta entre los equipos de Trébol de Paysandú (gran representante del Interior) y Old Christians por la final del año con el maragato Mathías Palomeque entre los campeones. La leyenda popular habla del trébol de la suerte, el rugby habla del Trébol campeón.
Era la primera vez que Trébol, el club del Interior uruguayo por excelencia, con jugadores de varios puntos del país y con entrenamientos en Montevideo y en Paysandú paralelamente para poder integrar a los muchos pibes que llegan a la capital por estudio o trabajo. Era la primera vez después de estar ahí nomás en más de una oportunidad.
En frente, nada más ni nada menos que Old Christians, club referente de la ovalada, con un trabajo que va mucho más allá de las canchas y que también deportivamente ha visto sus buenos resultados: ocho años seguidos definiendo el torneo, llegaba para coronarse por cuarta vez consecutiva.
En un partidazo (sí, par-ti-da-zo), que terminó 22 a 22 en tiempo reglamentario, que tuvo 2 alargues de 10 minutos cada uno y tiros directos a los palos para definir el campeón del torneo. No hubo un jugador que le sobrara el aire. Y entre esos que dejaron todo en cancha, estuvo Mathias Palomeque, el maragato que hace años juega en el club sanducero y que también ha sido parte de selecciones uruguayas llegando a disputar el pasado mundial con los Teros.
La coronación de mucho trabajo y compromiso de estos muchachos que hoy conforman el mejor equipo desde Montevideo a Bella Unión, los que probablemente comenzaron a practicar este deporte a impulso de unos pocos «locos» perdidos en el Interior del país que con mucho amor al rugby lo promocionaban sacrificando recursos personales y horas de vida.
No es sólo suerte.
Fotos: prensa URU / facebook Mathias Palomeque
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