Y CADA TANTO SE DEJA DE SER EL ACOMPAÑANTE DE SU PROPIO VELORIO
Es lo que le pasa a los equipos chicos en el mundo del fútbol: son sus propios dolientes esperando la confirmación de que los vivos, los poderosos, los adinerados; se quedarán con el título, obtendrán la gloria enterrándolos o mandándolos a otros lugares, a otras divisiones, a otro mundo.
Pero cada tanto, cada muchísimos años y cuando se cree que los poderosos ganarán eternamente, aparece un Leicester para renovar la ilusión. Lo lindo del fútbol.
Esa es la esperanza de todos los demás, lo que les da fortaleza y ganas a todos los equipos que jamás ganaron algo, que jamás llegaron a pelear arriba, esos que son la mayoría en el mundo. Esos desesperanzados, ya condenados por propios y extraños, son los que reviven y vuelven a creer en sí, a pensar que sí se puede.
Ya todos habíamos empezado a entregarnos, ninguno creía en que iba a pasar algo así y sí que el fútbol iba, debido al poder de unos pocos, a comenzar a desaparecer o a perder interés, pasando, quizá, a olvidarse. Pero no, cuando parece que las constantes victorias de los de siempre no serán interrumpidas aparecen estas cosas para renovar un ciclo de ilusión necesario para todos. Y cuando digo todos me refiero a los que jamás ganan, esos que somos todos.
¿Porque qué sería del fútbol sin los que jamás ganan? No sería nada, no habrían Messis ni Polacos Rivero, no habrían Pibes del Palacio ni Barra del Parque; no pasaría nada si solo se ganara y solo existieran esos triunfadores que se llenan de copas y que no ganan nada más que trofeos.
Pero esos no son, esos no son los que ganan siempre, no son los que obtienen los títulos a pesar de levantar las copas. Los títulos los obtienen los demás, los que la siguen peleando a pesar de saber que no podrán, o creer que no podrán, y les hagamos sentir que no podrán.
Y ahí es que cada muchísimos años aparecen estos equipos, aparece un Uruguay en el ’50 o un Rocha en el fútbol uruguayo, un Teinta y Tres ganando el Clausura del 2002 para traerlo al fútbol local. Hazañas que aportan fe a esos equipos que quieren no creerles a los que le dicen que no van a poder. Y se llevan años de derrotas, de cuartos puestos, de pelear abajo y de malas rachas irreversibles.
Pero cada tanto, cada muchísimos años y cuando se cree que los poderosos ganarán eternamente, aparece un Leicester para renovar la ilusión. Lo lindo del fútbol.
Y ahí comienza otra vez el ciclo, ahí comienza de cero la ilusión de la mayoría y el temor de la minoría. Y ese premio, ese título que todos sienten como propio, es lo que mantiene viva la quimera, es lo que hace que el fútbol sea el fútbol: el salir de perdedor.
Ése es el famoso “idioma universal del fútbol”: la esperanza de la mayoría basada en la ilusión que, cada tanto, aparece ejemplificada y tangible. Esos equipos que después de mucho tiempo dejan de ser los dolientes de su propio velorio para reír y recordar que a veces, no muchas, casi nunca -pero a veces- los poderosos pueden ser ellos mismos.
Salú Leicester, esperemos los festejos como corresponden (alcohol, sustancias, orgías,no se hagan los puritanos)
WALDEMAR CORREA NACIÓ EN CÓRDOBA, ARGENTINA. HIJO DE MAICOL CORREA, INMIGRANTE GUATEMALTECO QUE CAYÓ DE REBOTE EN LA ARGENTINA Y DE NORMA ESTÉVEZ DE CORREA, TUVO UNA TRANQUILA NIÑEZ EN LA QUE TOMÓ MUCHO VINO DE MENDOZA, QUE CONSEGUÍA GRACIAS A UN CANJE CON LA REVISTA “MENDOZA HERMOSA”, A LA QUE LE PASABA INFORMACIÓN SOBRE LOS EQUIPOS DE LA LIGA CORDOBESA AMATEUR, SIENDO ÉSA SU PRIMERA INCURSIÓN EN EL PERIODISMO DEPORTIVO.
EL HORROR GOLPEÓ SU PUERTA EN LA JUVENTUD, CUANDO FUE CAPTURADO POR INGLESES, QUE YA VENÍAN PLANEANDO QUEDARSE CON LAS MALVINAS. ENTRENADO CUAL SABUESO POR EL ADIESTRADOR DE PERROS DEL ANIMAL PLANET, DEFENDIÓ A INGLATERRA EN LA UNA GUERRA EN LA QUE FUE FUNDAMENTAL A LA HORA DE CONOCER LAS VIEJAS COSTUMBRES ARGENTINAS.
TRAS FINALIZAR LA CONTIENDA BÉLICA, LOS BRITÁNICOS LO MANDARON A URUGUAY, UN PAÍS TRANQUILO Y CANSINO, MUY PARECIDO A SU CÓRDOBA NATAL. EN TIERRAS ORIENTALES, HIZO UN CURSO EN MAPÁ DONDE APRENDIÓ A HACER CARICATURAS Y A DECIR ESTADÍSTICAS, SE SOMETIÓ DOMINGO A DOMINGO DURANTE MÁS DE 20 AÑOS AL DAÑO CEREBRAL QUE GENERA MIRAR LA HORA DE LOS DEPORTES Y ADEMÁS SUMÓ A SU NEGRO CURRÍCULUM LA AUDICIÓN PERMANENTE DEL PROGRAMA DE JULIO RIOS.
HOY ESTÁ CASADO CON NORMA –URUGUAYA, VIUDA-VIVIDORA, VIVE EN LAS CERCANÍAS DE LA CIUDAD DE SAN JOSÉ, CREEMOS QUE TIENE ENTRE 69 Y 73 AÑOS Y HA INGRESADO EN LAS DROGAS DURAS QUE PROVEEN NUESTROS MEDIOS. ESCUCHA TODOS LOS DÍAS FÚTBOL PRINCIPAL Y 2 DE PUNTA A LA MISMA VEZ, POSTERIORMENTE CAMBIA DE PRINCIPAL A EL LUGAR PARA ESCUCHAR MINUTO 90 Y LOS MARTES MIRA SPORT TV YA QUE SE DECLARA FANÁTICO DE LUIS RIBAS.
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