El zaguero central jugó en cinco clubes y fue entrenador de otros dos
De cara a la temporada 2005 llegó por primera vez Juan Morán al fútbol josefino, para defender los colores de River Plate. Los años siguientes marcaron pasajes por Nacional y Tito Borjas en el 2006, dos temporadas en Universal, y el 2009 en Juventud Unida. De inmediato tomó el mando de San Rafael en el año 2010, tuvo dos pasajes como técnico del club de Rafael Peraza, y además dirigió a San Lorenzo.
¿De que manera llegás a la Liga Mayor?
Llegué a San José de la mano de Claudio Benzo, que en el verano previo a la temporada 2005 me invitó a jugar en el interior, le dije de una que sí y fui a River Plate, lo sentí como un comenzar de nuevo. Me contacté con dirigentes y me puse de inmediato a las órdenes del entrenador antes del inicio de la temporada, conocía también de ese plantel a Mauricio Silvera. Yo había decidido no jugar más a nivel profesional, el último año en Rampla Juniors fue agotador y logramos el ascenso, tenía treinta y siete años. Encontré en todos esos años muy buenos técnicos, yo ya sabía que quería entrenar más adelante, había tenido la suerte de estar con Julio Ribas un par de años antes y me sentaba con el a conversar, el me terminó de convencer de que dirigir iba a ser lo mio. Una de las cosas que más me agradó de fútbol del interior fue la convivencia de los planteles, la post práctica antes de salir hacia Montevideo en la sede o las comidas de los jueves, los momentos que se generaban después de los partidos. Creo que pude volcar en los clubes en los que estuve en San José todo lo que había aprendido como profesional, traté de dejar algo más allá del aporte en el juego. Lo tomé con mucha seriedad, de forma semi profesional, y por eso me tocó estar en distintos clubes con buenos momentos. Algunos clubes tenían profesores de educación física y otros no, el entrenamiento tenía cosas de profesional con la diferencia de que era de noche, el nivel de juego era muy bueno. Lo que no se paga con nada es el alrededor del fútbol del interior: los dirigentes, hinchas y jugadores no se comparan con nada. Nunca tuve un problema para pasar de institución a institución, con el tema de mi pase estoy agradecido a todos los presidente de los clubes donde estuve.
¿Cómo fue tu carrera como jugador en San José?
«Jugué en el 2005 en River Plate, me encontré con un plantel con muchos gurises, ya en ese primer año comencé a perder ómnibus para la vuelta por quedarme charlando de fútbol con los compañeros. A veces surgían preguntas sobre lo que me tocó pasar como jugador, yo siempre fui algo cohibido y no me gustaba tirar la trayectoria sobre la mesa, pero si preguntaban siempre traté de contar los lugares y las vivencias por las que había pasado. En el 2006 voy a Nacional, cuando terminó el año anterior me comenzaron a llamar de muchas instituciones, y me voy de la mano de Ulises Bentancor al bolso. Ahí se armó un gran equipo, tuve la oportunidad de jugar con mi hermano Cristian, llegamos a la fecha final a un triunfo del título y perdimos con San Lorenzo. La cancha era una fiesta antes del partido, recuerdo que me acerqué a Leonardo Pintos para decirle que había demasiado jolgorio, que no me gustaba. Entre el Apertura y el Clausura se da el pasaje de Nacional a Tito Borjas y hasta ahora me siento avergonzado, porque me dejé seducir, dejé tirado al club en el que estaba. Ese equipo era muy bueno también, lo pasé bárbaro, pero no pudimos definir el torneo. Era un plantel plagado de estrellas que no pudo conseguir los objetivos, casualmente en la liguilla en la que quedamos eliminados avanzó más Nacional. 2007 y 2008 los juego en Universal, y como ese club no hay, es una muestra de solidaridad y barrio que me impresionó. Viajé siempre con gusto a entrenar, pudimos estar en definiciones y clasificar a copas, ganar algún torneo corto. El último año como jugador fue el 2009, en Juventud Unida, acorté la distancia de los viajes al ir a Libertad y me encantaba llegar temprano al club. Otro buen equipo, sobre todo en la defensa junto a Nicolás Rebollo o Pablo Belarmino, recuerdo el talento de Stefan Reis. En materia de resultados no comenzamos bien y fuimos levantando, no nos dieron las fechas para llegar a definir. Me quedé con lástima de no ir a la selección, sobre todo la del 2007 que terminó siendo campeona, siempre le digo a Ulises que me debió haber llevado así sea como el jugador treinta, sólo para estar ahí».
¿Qué recordás de tus pasajes como entrenador?
«Yo termino de jugar en el año 2009, un partido en cancha de Río Negro con mucho barro, me explotaba el tendón y me di cuenta que hasta ahí llegaba mi historia como jugador. Pasadas las fiestas me llama Julio Rodríguez para ofrecerme dirigir a San Rafael, se enteró que no jugaba más, fue una decisión difícil porque era un camino nuevo a iniciar. Siempre me encantó hablar así que en ese aspecto no me cambió mucho, tenía conceptos del curso de técnicos, traté de aplicar lo que había aprendido sumando la experiencia de lo que había vivido. Siempre traté de ser claro al explicar, tratando de llegarle al jugador, siempre resalto que eran libros abiertos. Tuvimos un buen año, me dio una mano Mauro Cazard con el tema del conocimiento de rivales y jugadores, Julio se quedó cerca mío, tuve dos pasajes y en el segundo logramos el ascenso. En San Lorenzo ganamos en la primera fecha y después no pudimos conseguir un triunfo más, de todas maneras el club se portó notable conmigo, cuando me llamaron no sabía que hacer por mi pasado en Universal y fui a la reunión a ver que pasaba. La mochila era mi pasado en el club rival, suceder a un hombre del club como Martín Rodríguez, me brindaron absolutamente todo pero no nos fue bien».
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