El centrodelantero jugó tanto en la Liga Mayor como en la Liga Regional de Ecilda Paullier
Marcos Bassini llegó desde el fútbol profesional para iniciar su camino en la liga capital defendiendo a San Rafael, pasó por Río Negro y Campana, retornó en diversos momentos tanto al club de San José de Mayo como al de Rafael Peraza donde dejó de jugar al cierre del 2014. De esta forma recordó su pasaje por los pagos josefinos en entrevista del programa de Radio 41 «2 de Punta».
¿De que manera llegaste al fútbol maragato?
«Llegué en el 2009 a San Rafael proveniente de Bella Vista, de la mano de la invitación de Andrés Larre y la gestión de Javier Páez, fueron los dos importantes para mi arribo. Mi familia es de San José, si bien yo nací y fui criado en Montevideo, el conocimiento del fútbol del interior lo tenía. Cuando llegó la propuesta dije que sí de inmediato, en aquel momento había quedado libre y tenía oportunidades en algún otro equipo pero estaba negado con el medio profesional, me había desilucionado el ambiente del fútbol. Llegar a otro lugar con gente conocida y que me hizo sentir bien siempre fue una buena decisión».
¿Cómo fue el año a año en San José?
«Primero fue San Rafael y pasamos un año precioso con esa banda, se armó un muy buen grupo con grandes jugadores. Teníamos el desafío de la Copa de Clubes, y defender el título de la Liga Mayor que se obtuvo en el 2008, se me vienen a la cabeza los partidos con Liverpool de Canelones donde terminamos clasificación y la tristeza de la eliminación posterior. El torneo local se nos fue quedando atrás, pero igual le pusimos ganas aunque no nos dio. Ya en ese primer año comencé a ver lo distinto que era jugar la Copa, existe otra motivación y el nivel deportivo es superior, puede pasar que descuides un poco el local. Al año siguiente voy a Río Negro, me llamaron a fin de año y me gustó la idea, por suerte no hubo problemas con mi pase. Ya era otro compromiso, el equipo grande de San José, la cantidad de gente que iba a la cancha. Llegué y me encontré con un grupo que quería mucho al club, que le ponía ganas, más adelante todos han sido importantes para los logros objetivos. Nos fue bien en la Copa pero yo no pude estar en los últimos partidos porque me dieron un pelotazo en un entrenamiento y tuve una lesión en el ojo, me perdí los cuartos de final con Nacional de Nueva Helvecia en una revancha que se nos escapó a lo último, si pasabamos creo que teníamos gran chance de ser campeones. Como cuadro grande siempre el objetivo fue ir por todo, no se puede especular si ganas o no, después se puede dar o no. Luego de dos años voy a Campana, no fue la mejor performance ni en lo personal ni en lo colectivo, en los últimos tres partidos nos dijeron que no seguíamos. Si bien es respetable, no creo que un club deba cortar a un jugador por malos resultados después de que se comprometieron por todo el año, me fui con la cabeza alta de haber dado todo cada vez que me puse la camiseta. Vuelvo a Río Negro en el 2013, me encontré con un grupo más maduro y similar en la conformación al que había dejado sumando jugadores de Montevideo como Biglianti, Abascal y Diego Fernández, al año siguiente lograron el campeonato. El último año fue el retorno a San Rafael, ya en Liga de Ecilda, se hizo un plantel bárbaro y se peleó con Juventud Unida hasta lo último logrando el campeonato. Si bien el nivel general era menor a la Liga Mayor, eramos dos equipos en la lucha, los partidos con el equipo verde los recuerdo perfectamente y por suerte nos fue bien. Los dos tenían un plantel amplio, con suplentes que podían ser titulares en cualquier otro club, fue un mano a mano espectacular. En lo personal no fue mi mejor año, ya no me llamaron para el siguiente, y comencé a trabajar en la educación física en Montevideo por lo que los viajes se hacían más difíciles de realizar y no volví a jugar. Me quedé con el pendiente de la selección, pude haber ido en un proceso que encabezaba Paez pero me lesioné la rodilla en la temporada y no pude llegar».
¿Qué te dejó haber pasado por las dos ligas del departamento?
«Siento alegría cuando recuerdo mis años en San José, fue un orgullo que los equipos en los que estuve se interesaran y haber estado tantos años por ahí. Tengo un gran recuerdo de todos los compañeros, sobre todo con los que estuve más tiempo en ese camino. Entiendo que lo que uno aportaba adentro y fuera de la cancha era bien considerado, y por eso me llamaron durante tantas temporadas, siempre traté de dar lo mejor y aportar dentro de lo que uno podía. Si bien es importante tenés otras cosas que podes aportar, dejarle algo a los más chicos, ser parte del crecimiento de los gurises del club que son los que tiran del carro de los clubes todos los años. El compromiso más allá del fútbol fue el de no ir los domingos para jugar y no dejar nada, que quedara algo más. En mi posición siempre estuvo la obligación de hacer goles, si no los haces no podes jugar, me tocó convertir en los tres equipos donde jugué. Recuerdo casi todos los goles anotados, por alguna característica diferente de anotación en sí, de la circunstancia del partido o la situación en la que estaba en el equipo. En todos los lugares encontré grandes jugadores con tremendas condiciones, la técnica está en todos lados, me encontré con muchos jugadores que podrían haber explotado».
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