El volante central fue parte del club verdolaga al momento del cambio de Liga Mayor a Liga de Ecilda
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Carlos Macchi llegó en el año 2013 a la ciudad de Libertad para jugar en Juventud Unida, donde se quedó por dos temporadas formando parte también del plantel 2014. Jugó un año en Liga Mayor, y el posterior en Liga Regional de Ecilda Paullier, donde se retiró tras obtener el vicecampeonato.
¿De qué forma llegás al verdolaga?
«Llegué a Juventud Unida a través de amigos como Matías González y Elías Figueroa que estaban en la institución y sabían que yo estaba para dejar de jugar, venía de un conflicto con Liverpool y en la B profesional no quería jugar, ellos me hicieron el contacto con el entrenador y dirigentes para avanzar. Quizás la propuesta económica no era la más tentadora pero igual nos pusimos de acuerdo, me motivé y llegué, quizás en lo deportivo no fue lo mejor pero yo considero que fueron todas buenas. La verdad es que sabía muy poco del fútbol del interior, y me encontré con algo maravilloso, donde solo tengo palabras de agradecimiento. Encontré un club al que daba placer ir, uno tiene memoria y recordaba de dónde venía iniciándome de abajo, tengo capacidad de adaptación. Tenía claro adonde llegaba y a que iba, la bienvenida del plantel fue muy buena, me trataron como uno más de Libertad y a mi solo me quedaba hacer lo mejor posible. Terminaba de trabajar, me cambiaba rápidamente para recorrer la hora de separación entre Montevideo y Libertad, y entrenaba como uno más porque me servía físicamente para sacarme el taxi de arriba. En el arranque me costó la adaptación hasta que le fui encontrando la vuelta, el estilo era diferente y el nivel futbolístico era alto, de a poco me fui sintiendo mejor».
¿Cual es el balance desde lo deportivo?
«Jugué en el 2013 Liga Mayor, compuesta por equipos grandes donde encontrabas campos de juego en buen estado, más parecidos a los que uno estaba acostumbrado. Comenzamos con Sellanes y Bravo, después vinieron Fleitas y la Fiera Hernández, lamentablemente el club no consiguió los objetivos que se buscaban. El Apertura comenzó bien pero nos desbarrancamos, en el Clausura levantamos y fuimos un poco más parejos, pero siempre nos pasó que no ganamos los partidos clave para estar prendidos en la pelea. Ir a jugar a San José con un club de Libertad era difícil, el arbitraje era complicado más allá de que uno ya está curtido en esas cosas, muchas veces se sentía que se volcaban hacia el locatario. Pude hacer un gol clásico ante Campana en un partido que perdimos, recuerdo que me anularon otro que era muy importante, son anécdotas lindas y apasionadas que quedan. Me tocó ser parte del último partido Juventud Unida – Campana que se había jugado hasta el año pasado cuando se cruzaron por Copa B, fue un dos a dos, es otra de las cosas que un recuerda con alegría. En el 2014 nos vamos a la Liga de Ecilda que es un medio muy diferente, sobre todo por las canchas en las que se jugaba, también en la forma de jugar que se basa mucho más en la garra y el corazón que en el buen juego. Me adapté rápidamente, aunque en el medio tuve un pasaje por segunda división de Montevideo en Canadian, pero hablé con Fleitas que me dijo que me esperaba y apenas pude resolver la relación con la institución volví a la verde. En ese torneo terminamos segundos por detrás de San Rafael que fue el campeón, posteriormente pude haber cambiado de equipo incluso hasta a Campana pero no la tomé por respeto a Juventud, pero finalmente definí que no seguía jugando. Ese verano pude haber ido a la selección de San José Interior, pero ya resolví que no iba no solo al combinado sino que tampoco al club, para estar más tiempo en mi casa y acompañar a mis hijos en sus actividades».
¿Cómo describís lo sucedido y tu vínculo actual con la institución?
«Es una de las experiencias increíbles que he recogido en la vida, en la que encontré mil sacrificios del verdadero hincha, del dirigente que hace todo para que al jugador no le falte nada. Por supuesto con mil carencias, pero con una voluntad enorme para sacar las cosas adelante, es invaluable lo que me pasó y la gente que conocí. Sigo conectado con un montón de gurises de aquel entonces que hoy son jugadores de primera división, eran chicos de formativas que subían a entrenar con nosotros, solo tengo palabras de agradecimiento por haberme abierto las puertas de la manera en que lo hicieron desde el primer día y hasta el último. Siempre fui consciente de que no iba a pasar el rato, quería dejar algo, me lo tomé muy seriamente y hoy me pone muy contento la realidad que está pasando el club que no para de ganar. En aquel momento se veían gurises que se perfilaban para ser buenos, me gusta la apuesta que se ha hecho a ellos, me alegra que haya dado resultados. Si bien mi tiempo fue corto quedé con gente amiga, eso es lo que más valoro, tanto integrantes de cuerpos técnicos como dirigentes y compañeros, también tengo el recuerdo afectuoso para los empalagosos que nos seguían a todos lados».
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