En un partido polémico, Suiza le ganó a Serbia 2 a 1. Yo siempre digo que miro los mundiales por amor a la geografía y la historia y no porque sea futbolero, y este partido ha sido una muestra.
Los goles suizos fueron marcados (y de allí la polémica) por dos jugadores de origen kosovar, es decir, de Kosovo, un país durante años oprimido precisamente por el rival en la cancha, Serbia. Más de 200.000 kosovares buscaron efugio en Suiza tras la guerra en la que Serbia realizó una limpieza étnica en esa pequeña zona de Serbia con minoría albanesa.
Al marcar, los jugadores, hicieron la mímica del águila bicéfala, el símbolo nacional albanés y festejaron con furor, acaso como los argentinos con el gol de Maradona ante los ingleses sólo cuatro años después de la Guerra de Malvinas.
Para hacer más complejo todo, el partido tuvo lugar en Kaliningrado, una ciudad que antes era parte de Alemania y se llamaba Koenigsberg, hasta que los rusos le arrebataron toda la región (Prusia Oriental) a los nazis derrotados tras la Segunda Guerra Mundial, expulsando a los civiles alemanes locales, en otra limpieza étnica. Por este tipo de cosas, de vez en cuando, me interesa mirar fútbol.
Y si quieren saber más de Kosovo, les dejo uno de mis posts (link).
Texto original por Acróbata del Camino.
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