Fernando Alonso, cansado, quizá decepcionado, se va de la Fórmula 1 y ya no estará presente en la spistas que alguna vez lo vieron triunfar.
No hubo caso, ni las gestiones de los dueños de este millonario negocio pudieron motivarlo para que, después de largos cuatro años sin éxitos, el piloto español revirtiera su decisión.
Nadie lo esperaba, pero ya estaba sentenciado; Alonso lo tenía en mente hacía rato y, junto a McLaren hizo público su retiro.
Es verdad que, aparentemente, es temporal. Pero en los pasillos donde se cruzan pilotos con mecánicos y todo tipo de representantes comerciales de los distintos equipos, queda la sensación que Alonso no volverá a las grandes competencias.
Son 16 años seguidos en equipos de élite, Renault, McLaren y Ferrari, y 18 en la F1 si contamos el de probador de Renault en 2002. La mitad de su vida. Le merecía la pena con victorias y carreras al límite, con un maravilloso sueldo, rondando los 40 millones en el mejor momento, pero no tanto si cada domingo hay que explicar que un bicampeón del mundo, el hombre que destronó a Michael Schumacher, no puede con el Sauber de Ericsson.
Así lo dice en su video de despedida, «Querida F1»:
Querida F1 ……. pic.twitter.com/9w98zWEg1t
— Fernando Alonso (@alo_oficial) 14 de agosto de 2018
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